¿Cuándo creéis que pueden calmarse las aguas en los mercados?
En el corto y medio plazo vamos a continuar con volatilidad en los mercados financieros porque sin duda el tema crucial son los aranceles. Y aunque es cierto que ya estamos viendo una desescalada desde el 11 de abril cuando comienzan a tomarse algunas medidas y algunas decisiones y, sobre todo, el lenguaje desde la Casa Blanca apuntando hacia esa desescalada, pero el período de negociación que se ha abierto es largo. Estamos hablando de 90 días, estamos hablando de que hay muchos temas que se tienen que ir ajustando y, por tanto, vamos a seguir viviendo con esa incertidumbre. Eso va a tener impacto en los mercados financieros y no podemos descartar episodios de volatilidad.
Además, también, tienen que ir publicándose datos económicos donde se vea el impacto que pueden ir teniendo los aranceles en términos de crecimiento y de inflación y el mercado pues tendrá que esperar a ir conociendo esos datos para ver realmente el impacto de las medidas.
¿Serán un antes y un después los resultados de este trimestre?
Lo cierto es que los resultados que estamos conociendo ahora, que son del primer trimestre, no están destacando mucho en cuanto a sorpresas. Esto es así porque el consenso de analistas ya había revisado a la baja de forma importante las estimaciones dando crecimientos positivos de beneficios, pero ya con unas rebajas importantes en algunos casos y las cifras que estamos viendo pues están más o menos acompasadas. Sí que hay una cierta tendencia de sorpresa positiva, pero incluso por debajo de las medias habituales.
El mercado estaba muy pendiente de las guías que fueran a dar las empresas para los próximos meses y ahí, las empresas, están siendo cautas porque en este escenario de incertidumbre ellas mismas tampoco están dando unas cifras muy contundentes. Con lo cual, estamos un poco en situación de impás hasta que pasan los próximos trimestres y ahí realmente veamos cómo las empresas están gestionando este nuevo entorno, donde tendremos empresas el ver cómo repercute en la subida de aranceles, parte a sus beneficios empresariales o parte hacia los proveedores a los que estén surtiendo o consumidores finales en Estados Unidos.
Y luego tendremos que ver también en la zona euro el impacto de la fortaleza del euro. Estamos ahora con un euro que está en niveles muy superiores a los de trimestres anteriores y eso en algunos sectores y algunas empresas tendrá impacto.
Para un inversor, ¿qué es lo más interesante que podría hacer ahora con su cartera?
En contextos como estos, se pone más de manifiesto la importancia de la diversificación. Estamos viendo en los momentos de fuerte volatilidad del mercado como hay activos que quizás no eran activos favoritos, pero sí están funcionando como activos refugio, como es el caso del bono del gobierno alemán.
El perfil de riesgo también es clave. En momentos como estos es cuando un inversor puede confirmar si está en un perfil de riesgo adecuado, si está en activos de riesgo que están sufriendo fuerte volatilidad y es, digamos, capaz de soportar esos momentos de fuerte volatilidad en el mercado que van acompasados con los activos de riesgo.
También es un momento clave para vigilar oportunidades. Tener esa parte de liquidez que muchas veces estamos pensando cuando destinar o no a las inversiones. No en el estricto corto plazo, porque todavía hay volatilidad, pero cuando se vayan despejando incertidumbres y tengamos más claridad en los escenarios pues aprovechar, quizás, para asumir algo más de riesgo en esos activos en los que habrá oportunidades para invertir. Y siempre con un perfil de inversión de medio plazo, el horizonte temporal es clave para que las inversiones puedan recibir ese potencial que tienen en sus fundamentales.
¿Deben estar tranquilos los inversores en el medio / largo plazo?
De cara al medio y largo plazo, desde luego, tenemos que ver los los positivos que están en los fundamentales de las economías.
En el caso de Estados Unidos y aunque estamos hablando de que, efectivamente, habrá un impacto en su crecimiento económico, pero no estamos hablando de un escenario en el que haya un deterioro profundo y prolongado del crecimiento, sino que es una situación en la que la economía se tiene que adaptar, tiene que incorporar este nuevo escenario. Pero luego tenemos factores de medio plazo que irán aportando crecimiento. Tendremos a una Fed que, en la medida en la que se reconduzca la inflación, podrá bajar los tipos de interés. Tendremos también las elecciones de mitad de mandato en EEUU, que son un horizonte hacia noviembre de 2026, pero que el ciclo político pues lo que sugiere es que ahí se pondrán en marcha los estímulos fiscales que venían también en el programa electoral de Trump; partiendo, además, de que la economía americana está a día de hoy saneada. Tiene un sector privado con crecimiento de beneficios empresariales del conjunto de la economía en zona de máximos históricos y unas familias que tienen ahorro, unas condiciones crediticias que también son favorables.
Y no nos olvidemos de la eurozona. En la eurozona tenemos a un Banco Central Europeo que ha seguido bajando tipos y va a seguir bajando tipos. Y, además, unos planes fiscales que no estaban encima de la mesa, pero que ya están en marcha, tanto por parte de lo que es la Unión Europea, pero especialmente de Alemania. Ese estímulo fiscal que va a poner en marcha la economía alemana, estamos hablando de un 2,5% del PIB y, sin duda, eso es un factor que da soporte al crecimiento en la eurozona.
¿La estrategia en Santander AM ha cambiado desde el inicio de año hasta ahora?
Igual que hablábamos de la importancia de la diversificación, desde luego, la gestión activa también es clave.
Comenzábamos el año con una visión más favorable para el crecimiento de Estados Unidos. Una economía que venía creciendo muy bien, con unas perspectivas muy favorables para su mercado bursátil y a medida que se acercaban los cambios que se podían implementar con la Administración Trump, hemos ido tomando un sesgo más defensivo en las carteras.
En la parte de renta variable ese sesgo defensivo favoreciendo la renta variable europea, sobre todo la parte de la eurozona por esos elementos que han ido apareciendo de los planes fiscales. Y luego dentro de esa diversificación, por ejemplo, el crédito de empresas, el crédito investment grade, en el que seguimos viendo solidez, con un carrie muy atractivo y con unos diferenciales que se están manteniendo en el rango. Y hemos diversificado hacia los bonos de gobierno, en concreto hacia el bono alemán, un activo que a principio de año pues no era tan favorito porque el potencial estaba más en la renta variable, pero ahora sin duda pues es un factor de diversificación en las carteras.
Y en las divisas partíamos de una visión favorable para el dólar y a medida que los acontecimientos se han ido desarrollando pues claramente la visión favorable hemos rotado hacia el euro. Una visión que ya venimos manteniendo en estos meses y que seguimos manteniendo con esos niveles en los que se mueve.