Por qué invertir en ciberseguridad ahora? ¿Qué catalizadores están impulsando al sector en 2025?

En WisdomTree consideramos la ciberseguridad como una temática de inversión con un enorme atractivo y un potencial creciente. El caso de inversión detrás de este sector es extremadamente sólido y, de hecho, se ha venido reforzando con el paso del tiempo.

Uno de los grandes catalizadores ha sido el avance de tecnologías disruptivas, especialmente la inteligencia artificial. Esta tecnología está transformando profundamente el panorama de la ciberseguridad: los ciberataques se han vuelto más sofisticados, difíciles de detectar y mucho más personalizados. Por ejemplo, los ataques de phishing de hace una década solían tener errores evidentes -como faltas ortográficas o un diseño poco profesional-, mientras que hoy en día son prácticamente indistinguibles de una comunicación legítima. Además, ya existen casos reales donde la IA se ha utilizado para crear réplicas casi perfectas de videoconferencias con el objetivo de engañar a empleados de alto nivel para realizar transferencias bancarias. En este contexto, la inteligencia artificial en manos maliciosas se convierte en una herramienta poderosa de ataque.

Por ello, se hace cada vez más urgente invertir en soluciones de ciberseguridad avanzadas, capaces de anticiparse y responder de forma efectiva a estas nuevas amenazas. La necesidad de protección digital, tanto para empresas como para usuarios, nunca ha sido más crítica.

¿Creéis que la inversión en ciberseguridad está más ligada a crecimiento estructural o a eventos cíclicos o geopolíticos?

Desde WisdomTree consideramos que está más ligada a un cambio estructural, que viene fundamentalmente de una mayor digitalización, o mejor dicho, de una digitalización continua. Es cierto que puntualmente pueden darse eventos geopolíticos, como los que estamos viendo ahora, que incrementan las amenazas y pueden generar un aumento de la inversión en ciberseguridad. Pero eso lo vemos como algo más táctico, más puntual. Lo que realmente genera el atractivo de esta temática es esa digitalización permanente.

Podríamos mencionar el caso de la inteligencia artificial, pero no es solo la IA. También el Internet de las Cosas, o el crecimiento del negocio cloud, donde cada vez más compañías están adoptando soluciones en la nube, lo que a su vez requiere mayores y mejores soluciones de ciberseguridad. Tampoco podemos obviar el impacto que tendrá la computación cuántica. Vimos el ejemplo de Sycamore, la supercomputadora de Google, que fue capaz de procesar información en 5 minutos, cuando la mejor supercomputadora actual tardaría 7,7 millones de años —es decir, 10 elevado a 25 años—. Es algo increíble, que hace unos años ni se contemplaba, y que, como decía antes, en malas manos puede generar muchas amenazas en el ámbito de la ciberseguridad.

La solución, sin duda, pasa por implementar e invertir en mejores sistemas que permitan identificar y mitigar estas amenazas. En definitiva, estamos en una era en la que los datos son el nuevo petróleo, y necesitamos construir soluciones de ciberseguridad que nos permitan protegerlos adecuadamente.

¿Dónde veis el mayor potencial de disrupción dentro del sector ciberseguridad (IA, blockchain, post-cuántica…)? ¿Qué sectores están invirtiendo más agresivamente en esta temática? 

Aquí es interesante mencionar que, al final, lo que estamos protegiendo es información y datos. Por lo tanto, cuanto más sensibles sean esos datos, mayores serán los requerimientos a la hora de implementar soluciones de ciberseguridad. No es lo mismo que el mundo sepa que a Carlos de Andrés le gusta la Coca-Cola o la Pepsi, que sepa su número de cuenta bancaria, el saldo que tiene o los movimientos de su tarjeta.

Por eso, hay determinados sectores que necesitan realizar una mayor inversión en ciberseguridad. Un ejemplo muy visual sería el de la banca o los servicios financieros; al final, el tipo de información que se maneja —números de cuenta, saldos, movimientos, tarjetas— hace que cualquier brecha pueda tener implicaciones de coste muy alto. Otro ejemplo muy claro sería el sector salud: nuestros historiales clínicos o médicos son datos especialmente sensibles. También el sector defensa, que podría estar relacionado con la industria o el sector energético. Cada vez hay más espionaje digital y mayores riesgos geopolíticos. Se pueden producir ataques a infraestructuras clave de un país; por ejemplo, un ciberataque que deje sin luz a un país durante un día tendría implicaciones muy serias.

Por tanto, hay sectores como los que acabo de mencionar que requieren mayores inversiones en ciberseguridad y donde vemos un potencial de disrupción muy relevante.

¿Por qué invertir en esta megatendencia a través de ETF?

Aquí podríamos mencionar una serie de ventajas. La principal, en mi opinión, sería el tema de los menores costes o comisiones. Estamos hablando de renta variable, y creo que ya está bastante asumido por los inversores que este tipo de activo implica horizontes de inversión amplios. Por tanto, cuanto más seamos capaces de ahorrar cada año en comisiones de gestión, mayor será el impacto positivo en la rentabilidad final cuando llegue el momento de reembolsar la inversión.

Otro aspecto muy relevante es la eficiencia operativa que ofrece un ETF a la hora de tomar exposición al mercado. Si quiero comprar o vender, puedo hacerlo de forma ágil y rápida. Esto es especialmente importante en momentos de alta volatilidad, cuando los mercados pueden moverse un 5% o más en un solo día. Al tratarse de un producto cotizado, el ETF permite ejecutar la operación prácticamente al instante, igual que si estuviéramos comprando o vendiendo una acción del IBEX 35. Y no solo eso: también conocemos el precio exacto al que se ejecuta nuestra transacción.

La transparencia es otro factor clave. A todos nos gusta saber dónde está invertido nuestro dinero, es decir, en qué compañías y con qué peso. Con los ETFs, basta con visitar la página de WisdomTree para consultar en cualquier momento la composición actual de la cartera.

Y si a todas estas ventajas añadimos el enfoque específico de WisdomTree, destacamos que al diseñar nuestra estrategia de ciberseguridad tuvimos un objetivo muy claro: construir una estrategia pura, lo más representativa posible de esta temática. Lo que queremos es que, si un inversor apuesta por la ciberseguridad y el sector se comporta positivamente, ese inversor se beneficie directamente. Por tanto, nuestro ETF combina todas las ventajas del vehículo ETF con ese enfoque temático centrado en pureza y representatividad.