Anoche veíamos cómo Wall Street, en general, y los principales indicadores con sus miembros más relevantes, en particular, se movían con fuertes avances agudizados por las subidas que leían los inversores a cuenta de dos asuntos confluyentes. Hablamos de esa pausa arancelaria de 90 días entre EE.UU y China e incluso, en esas negociaciones mantenidas durante el fin de semana en Suiza. Y además, la caída de aranceles general entre ambas, aunque todavía los gravámenes son tan importantes que es difícil exportar para China a Estados Unidos. 

Y más allá de que el dólar, el petróleo y las criptomonedas se vean beneficiadas y que los valores más defensivos, como utilities e inmobiliarias, junto con la defensa y por supuesto el oro, como refugio por excelencia tal y como ha demostrado estos últimos días con sus máximos históricos se vean impactados, en lo que a valores se refiere, mirando a Wall Street, estos son algunos de los más beneficiados. 

Los que más, y de ahí la cuantía de los avances, son los valores que más siguen ponderando en el mercado. Hablamos de los tecnológicos. El ejemplo más emblemático es el de NVIDIA, Apple, Amazon y Tesla

La primera, que en apenas 15 días presentará resultados, ha sido, hasta el anuncio, uno de los más castigados, y a pesar de que el último rally en Wall Street ha implicado una recuperación de más del 5% en el último mes, el valor seguía perdiendo, este año en bolsa un 13,2%. 

Su impacto financiero cifrado en 5.500 millones de dólares previsto tras las restricciones a la exportación de chips H20 a China, había mermado claramente al valor, como se ha podido ver en sus últimas recomendaciones. Desde Bank of America hasta Raymond James, pasando por UBS o Rosenblatt, había reducido el precio objetivo del valor hasta los 150 dólares en la mayoría de los casos. 

Otro caso planetario es el de Apple. Y el impacto general sobre uno de los valores que más trabaja fuera de EE.UU, por ejemplo con el ensamblaje de su producto estrella, el iPhone, a pesar de sus esfuerzos por deslocalizarlo a Vietman, India...e incluso llevar el negocio de nuevo a Estados Unidos. 300 dólares superior a pagar por el consumidor, lo que hace imposibles sus márgenes, en el mejor de los casos y que lleva al valor a desangrarse un 20,8% hasta el anuncio de la pausa arancelaria. 

También Amazon, más que beneficiado ayer, por esa doble vía de aranceles chinos, pero también de mayor confianza del consumidor, fundamental para el minorista online. A pesar de haberse cubierto con la cancelación de algunos pedidos de proveedores desde China tras la entrada en vigor de los aranceles, su visión global le ha llevado a marcar caídas a doble dígito desde el anuncio de los gravámenes a Pekín. En el año cedía, hasta el anuncio de la pausa de 90 días, un 12%. 

No digamos Tesla, a pesar de que, según su creador Elon Musk señalaba en la presentación de resultados que era “compañía automovilística menos afectada con respecto a los aranceles, al menos en la mayoría de los aspectos”, sus declaraciones en público sobre la posibilidad de niveles neutros en los mismo, sugieren lo contrario.

Tesla cedía, hasta el anuncio, un 26,2% y eso a pesar de que había recuperado más de un 18% en el último mes. Y sobre todo por sus ventas en China y el efecto general del impacto global de los aranceles en el sector automovilístico. 

Algo muy similar al impulso que puede surgir en General Motors, uno de los más afectados por la competencia china, pero también por los aranceles, porque no hemos de olvidar que tanto Buick como Chevrolet siguen siendo dos de las marcas extranjeras más populares en China. El valor cedía casi un 11% en lo que va de año antes de conocerse esta pausa. 

Si miramos a las empresas de consumo, una de las más castigadas hasta la fecha, Nike ya se ha visto beneficiada, para un valor del que depende en un 20% del mercado chino para sus ventas. Sin olvidar otro factor añadido: una potencial recesión reduce los gastos más superfluos de la casa y merma la confianza de los consumidores, la segunda merma negativa sobre un valor que ha perdido ya en el año más de un 23%. 

Otro de los grandes beneficiados por esta situación en Wall Street puede ser Boeing. A pesar de que el valor sube a doble dígito en lo que va de año, a finales de abril se veía claramente afectado porque Pekín suspendía los envíos de nuevos aviones, de forma que la compañía ha tenido que redirigir su producción aumentando sus entregas y ante la búsqueda de nuevos clientes. 

Pero lo hace en un contexto de inquietud y desconfianza general global, por lo que sustituir a China como cliente presentaba un nuevo desafío para la compañía. Recordemos que representa el 10% de la cartera de pedidos comerciales de la firma de Arlington, en Virginia.