Moody's, la agencia calificadora de riesgos, anunció recientemente la modificación de la perspectiva del rating de Red Eléctrica de España, integrada en Redeia, a 'negativa' desde 'estable'. A pesar de esta decisión, la calificación crediticia se mantiene en 'Baa1'.

La rebaja en la perspectiva del rating refleja la posibilidad de que Red Eléctrica se vea obligada a aumentar sus inversiones por encima de lo esperado, lo que podría debilitar sus indicadores crediticios. Este escenario se desprende del reciente apagón del 28 de abril, del cual aún se desconoce la causa exacta.

Las investigaciones en curso apuntan a la necesidad de reforzar la resiliencia de la red de transporte eléctrico español, especialmente ante la creciente penetración de energías renovables. Se destaca la urgencia de aumentar la capacidad de interconexión, actualmente muy por debajo de los objetivos establecidos por la Comisión Europea para los próximos años.

Si Red Eléctrica mantiene inversiones significativamente por encima de la media histórica después de 2025, sus indicadores financieros podrían deteriorarse, a menos que se implementen medidas para fortalecer su balance o se produzcan avances regulatorios positivos.

En caso de que Red Eléctrica sea considerada responsable del apagón, podría enfrentar multas de hasta 60 millones de euros y la obligación de indemnizar a terceros por los daños causados. Aunque el impacto financiero de una multa sería limitado, las indemnizaciones podrían representar un desafío para la compañía.

Política financiera equilibrada de Red Eléctrica

A pesar de los desafíos, la calificación 'Baa1' de Red Eléctrica se mantiene respaldada por su posición de monopolio como operador del sistema eléctrico español y propietario de activos de transmisión. Además, su perfil de flujo de caja predecible y una política financiera equilibrada contribuyen a mantener su calificación.

Sin embargo, la calificación de Red Eléctrica se ve limitada por un marco regulatorio interno menos transparente que el de otros operadores en Europa Occidental, lo que la expone a riesgos inflacionarios. Además, el negocio de telecomunicaciones del grupo representa un riesgo comercial adicional, a pesar de su menor contribución a los ingresos totales.