Las negociaciones de los aranceles afrontan su recta final, y traerán de la mano un aumento de la volatilidad. Un entorno en el que el oro hará valer su fama de activo refugio, pero que también puede ser aprovechado para tomar posiciones en Bolsa mirando más hacia el largo plazo.
Las valoraciones bursátiles “vuelven a situarse en niveles exigentes en EEUU y Europa (no así en España), lo que sugiere una baja tolerancia a noticias negativas en el corto plazo”, avisa la directora de Análisis y Estrategia de Renta 4, Natalia Aguirre. De esta forma, si bien la firma sigue “constructiva” en renta variable a largo plazo ante la previsible ausencia de recesión global, a más corto plazo “nos mantenemos cautos ante unos mercados que prácticamente han vuelto a máximos históricos tanto en EEUU como en Europa pese a los riesgos latentes”, destaca la experta.
Entre los riesgos que menciona se encontrarían las negociaciones sobre los aranceles o las recientes tensiones geopolíticas, como es el enfrentamiento entre Israel e Irán que ha mantenido en vilo a los mercados internacionales en la última semana.
El último informe según Renta 4 Banco refleja que se está produciendo una tregua arancelaria desde el mes de abril, en la que los tipos eran del 10% para Estados Unidos y 30% para China que se iba a producir de forma escalonada, se está está llevando a cabo un cambio, pasando de un “pesimismo excesivo a una fase de autocomplacencia”.
La inflación en EE.UU. sigue controlada, mientras que en Europa el euro fuerte y la caída del petróleo la mantienen a raya. Sin embargo, el conflicto entre Israel e Irán vuelve a poner en jaque el paso del Estrecho de Ormuz y cualquier bloqueo podría disparar los precios energéticos.
El dólar se ha mantenido débil tras la rebaja de Moody’s, que dejó la deuda de EE.UU. sin triple A ante las tres agencias. El déficit público desbocado y la polémica “Big Beautiful Bill” reducen la confianza de los inversores extranjeros y tensionan la financiación del Tesoro.
En ese sentido, Aguirre destaca que “las próximos 30 días deberían arrojar más luz” a la situación, especialmente en lo que se refiere a las negociaciones comerciales Cabe recordar que el 9 julio es el plazo límite para las negociaciones comerciales en la mayoría de países, salvo para China, que será el 12 de agosto. Según Aguirre, “podría traducirse en un incremento de volatilidad que podría dar mejores oportunidades de compra en bolsa”.
El posicionamiento de Renta 4 (cartera dinámica) se mantiene sin apenas cambios, con un 42% en Renta Fija y duraciones cortas (en torno a 2,5 años) –“al no ver valor en alargar duraciones ante los riesgos sobre las finanzas públicas”- y un 58% en renta variable, “donde reiteramos que seguimos constructivos a largo plazo y más prudentes a corto”, destaca Aguirre.
Asimismo, el oro se mantiene como “una opción interesante” ante el crecimiento de la deuda pública, las compras de bancos centrales y su capacidad de cobertura frente al riesgo geopolítico y la inflación.
A la espera de la Fed
Este miércoles, la Fed mantuvo tipos en 4,25%–4,5% por cuarta vez consecutiva, pese a las presiones de Donald Trump. En su último pronóstico, redujo el crecimiento del PIB para 2025 a +1,4% desde +1,7% y elevó la inflación prevista a +3% vs +2,8%.
Tal y como destaca Aguirre, su “dot plot” conserva un recorte acumulado de –50 pb para 2025 (hasta 3,9%), pero muestra un tono más hawkish: ahora siete miembros no anticipan bajadas ese año y recortan la expectativa de recortes para 2026 (1 recorte hasta 3,6%) y 2027 (1recorte hasta 3,4%). El largo plazo permanece en 3%.
Aunque reconoce un repunte temporal de precios, la Fed confía en que la inflación caerá a 2,4% en 2026 y 2,1% en 2027, y prevé que la tasa de paro suba al 4,5% (vs 4,4%). El mercado, convencido de esta postura, mantiene precio a dos recortes de 25pb tras el verano, lo que refuerza el atractivo de los activos de riesgo. Esto apunta a una desaceleración sin entrar en recesión, siempre que la tregua comercial se mantenga hasta verano.
El “hard data” (PIB, consumo, inversión) resiste, pero el “soft data” (encuestas de confianza y pedidos) refleja ya un deterioro. En este entorno de incertidumbre sobre crecimiento e inflación, esperamos que los bancos centrales mantengan por el momento una actitud de “esperar y ver”, con el mercado descontado solo dos recortes de 25 pb en el caso de la Fed para después del verano al haberse moderado las expectativas de recesión